El término Kawésqar, es el nombre con el que los propios kawésqares se autodenominan, y que en su lengua significa “los hombres” “persona”, “ser racional de carne y hueso”, “ser humano”. Descienden de cazadores recolectores que recorrían en sus canoas los canales del extremo sur de Chile, mantenían relaciones habituales con otros pueblos australes, tales como los Chonos, Aónikenk, Selk`nam y Yagán, con ellos practicaban el intercambio de bienes, por medio del trueque – tchas-. Según han establecido investigadores, existe una leve diferencia lingüística entre Kawésqar y Yagán, pero sus características físicas y su estilo de vida eran idénticos. Los kawésqares, basaban su subsistencia recorriendo la costa y el mar austral, donde encontraban los productos necesarios para su alimentación, tales como; lobos marinos, nutrias, aves, abundantes peces y mariscos, la navegación respondía a un requerimiento esencial de su existencia nómada. Para ellos, la canoa denominada - Hallef- era la pieza más importante y apreciada de su patrimonio material, no sólo era un medio de transporte, sino que una verdadera vivienda flotante, pues en ella pasaban buena parte del tiempo. El núcleo de la organización social del kawésqar, era la familia, donde el padre gozaba de cierta autoridad. Tanto hombres y mujeres realizaban diferentes tareas, ellos estaban a cargo de la caza y la pesca, de la fabricación de embarcaciones, viviendas y herramientas. Por su parte las mujeres, eran las responsables de cuidar a los niños, preparar las pieles, confeccionar canastos de junquillo, recolectar vegetales y mariscos, así como también velar por el cuidado de la canoa. Se desplazaban por mar abierto (mar exterior) Málte y por el mar interior Jáutok (conjunto de canales casi todos navegables), diferenciándose por su configuración geográfica, pero por sobre todo, por la presencia de playas de arena fina - en el mar exterior- y playas rocosas en el mar interior.